Si hay una película que representa mejor que ninguna otra el lema principal de la 47ª edición del Festival de Sitges, esa es «Horsehead».
El mundo onírico en el que se sumerge la febril protagonista de la cinta de Romain Basset, es el ideal para una edición del certamen catalán que se inspira en los sueños.
«Horsehead» narra la historia de Jessica,la cual se adentra cada vez más en sus pesadillas cuando regresa a casa de su madre tras la muerte de su abuela.
Romain Basset nos invita a especular sobre que hay de cierto en la conexión entre la realidad de la familia de la protagonista y lo que ésta descubre a través de sus sueños.
Cierta o no la historia que transcurre en la mente de Jessica, «Horsehead» nos hace reflexionar sobre los lazos familiares, haciendo énfasis en lo que es no sentirse querido por tus progenitores.
Si bien la película puede resultar caótica en la interpretación del mundo onírico, mantiene la atención del espectador, en gran medida por su atmósfera claustrofóbica.
Un buen trabajo de fotografía y montaje consigue sostener una historia en la que puede resultar muy difícil entrar y con un final que tarda en llegar cuando ya está todo vendido.
Valoración: 4/10
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