El miedo vende tanto como el sexo. En el cine, incluso vende mucho más y muestra de ello es la saga Saw. Ocho películas de culto (dentro de una audiencia muy específica) tan rentables como aterradoras. Su recaudación mundial alcanza los 975.400.000 US$. Esto contra un presupuesto combinado de “apenas” 77 millones de dólares.
En líneas generales, la franquicia cuenta con una comunidad bastante activa de seguidores. De igual forma, salvo la primera entrega que recibió valoraciones mixtas, todas las cintas han sido despreciadas por la crítica especializada. Lo que como ya es normal en estos casos, mantiene sin cuidado tanto a productores, como a los propios fanáticos
Tortura porno y desvergüenza narrativa
Si bien el cine gore no es cosa nueva, con la saga Saw alcanzó un nuevo nivel. El alto grado de violencia gráfica y de sadismo mostrado en pantalla, llevó a que muchos críticos y teóricos le acuñaran el apodo de tortura porno.
Por otra parte, a los realizadores no les ha importado mucho mantener la coherencia dentro de la estructura narrativa. De hecho, parte del “encanto” de la franquicia, son las “ligerezas” dentro del argumento. Son elementos que, accidental o deliberadamente, terminan por enredar aún más a los espectadores dentro del universo retorcido en el cual transcurre la trama.
Banda sonora
Como toda franquicia cinematográfica que se precie de serlo, la banda sonora de la saga Saw cuenta con un “main theme” emblemático. Acordes que ponen los pelos de punta con solo evocarse y que desatan emoción entre los fanáticos de las películas. Hello Zepp es el nombre de la “melodía Saw”. Fue compuesto por el estadounidense Charlie Clouser.
Saga Saw: ocho películas y mucha sangre
En realidad son 9 las películas que conforman la saga Saw, si a la lista se añade como ítem número 1 el cortometraje conocido como Saw 0.5, realizado en 2003. El realizador malayo James Wan y el guionista y actor australiano Leight Whannell juntaron el poco dinero del que disponían para producir esta pieza. La meta con la que se pusieron manos a la obra, era usarla como especie de “piloto”, mientras buscaban estudio para rodar la película completa.
El plan funcionó. La productora Evolution Enterteiment decidió apostar por el proyecto. Aprobaron un presupuesto de 1.200.000 US$ para su realización, además de reclutar actores con recorrido, como Danny Glover y Cary Elwes.
Saw estaba destinada a comercializarse solo en formato casero. Pero después de exhibirse en los festivales de Sundance y Toronto, llamó tanto la atención de las audiencias, que Lionsgate Films decidió comprar los derechos de distribución. Se estrenó en octubre de 2004, el fin de semana previo a Halloween. ¿El resultado? Más de 100 millones de dólares recaudados en taquilla y el nacimiento de una franquicia.
El argumento de Saw
Jigsaw o Puzle es el alter ego de John Kramer (Tobin Bell), un asesino serial que ejecuta sus crímenes, dentro de una elaborada puesta en escena muy teatral. Las víctimas tienen la posibilidad de salir con vida, no sin antes mutilarse a sí mismos para poder escapar.
La primera entrega transcurre dentro de un destartalado baño sin ventanas. Allí están confinados el Dr. Lawrence Gordon (Cary Elwes) y el fotógrafo Adam Stanheight (Leigh Whannell). Todo mientras el detective David Tapp (Danny Glover) sigue una serie de pistas, tras el sádico asesino.
Saw II
Para la segunda parte James Wan delegó la dirección en Darren Lynn Bousman y se limitó a labores de producción. Mientras que el co-creador de la serie, Leigh Whannell, sí repetiría su labor como guionista. Se rodó con un presupuesto cuatro veces mayor. Se estrenó exactamente un año después que la versión original llegó a los cines. Esta vez con una campaña de marketing con recursos para ser agresiva.
La trama, mucho más enrevesada, sirvió para que las motivaciones del despiadado Jigsaw quedasen al descubierto: padecía un cáncer incurable, por lo que decidió convertirse en un castigador de las personas que con buena salud que no valoraban la vida. Los espectadores también descubrirían que, aunque el protagonista llegase a morir, una legión de ayudantes mantendría vivo su “legado”.
Saw III
La dupla Lynn Bousman–Whannell repite sus labores en esta tercera entrega. Cinta que en su momento se publicitó como el final de la saga Saw. La película retoma la secuencia de hechos en el mismo punto donde terminó Saw II. Se estrenó en octubre de 2006.
Un guion construido a base de flashbacks, en donde el perdón aparece como un elemento clave dentro de las motivaciones de John Kramer. Aunque la trama pudo resultar “melodramática” para parte del público familiarizado con la historia, las dosis de cine gore siguieron representando el valor diferencial.
Entregas IV, V, VI y VII
La mayoría de los seguidores más entusiastas de la saga Saw, consideran estas cuatro películas como “menores”. Los más extremistas las tachan incluso de innecesarias y de no hacer honor a la trilogía inicial.
Sin embargo, el continuado éxito de taquilla permitió mantener en marcha la franquicia, y ello a base de un cine gore muy básico y elemental, tanto a nivel narrativo como visual. Ni siquiera Saw VII 3D logró despertar verdadero entusiasmo.
Lo que si agradecen la mayoría de los seguidores, es que la historia mantuvo a John Kramer muerto. (Falleció al final de Saw III). Los más escépticos temían una especie de resurrección al estilo Viernes 13.
Saw VIII
Después de Saw VII 3D, estrenada en octubre de 2010, parecía que Jigsaw finalmente “descansaría en paz”. Sin embargo, durante los años sucesivos, tanto James Wan como Leigh Whannell fueron dando pistas de que tal vez, habría más. Hasta que en octubre de 2017 llegó la esperada (al menos por los fanáticos más fieles) octava entrega de la saga Saw.
La película, con referencias claras de las siete primeras entregas, puede ser vista sin conocer las historias previas. Aunque la respuesta del público fue discreta, su bajo costo de producción y una legión de seguidores incansable, hacen presumir que un noveno capítulo no se hará esperar.
Fuentes de imágenes: El Antro de los Vampiros y Otros Monstruos