La mente humana, a pesar de todo lo que se ha escrito e investigado, sigue siendo territorio desconocido. “Cada cabeza es un mundo”, dice el refranero popular, lo que permite que cada persona interprete la realidad de manera distinta.
El cine no ha escapado de esta eterna duda existencialista. Por ello, la lista de títulos que pudiesen caracterizarse como películas psicológicas es amplísima. Y lo es, además, en más de un sentido.
¿Cuáles son las características de las películas psicológicas?
Se supone que en toda película de ficción (o lo que es igual, todo cine que no sea documental), cada personaje tiene su propia “psicología”. Si se parte de este precepto tan amplio, intentar delimitar las características de las películas psicológicas es inútil.
Para evitar las generalidades, podría decirse que este tipo de cine presenta, al menos, uno de los siguientes rasgos:
1) Los protagonistas tienen algún trastorno mental evidente, responsable de hacer que la película “se mueva”.
2) Los realizadores, deliberadamente, juegan con la mente de los espectadores. Todo en la búsqueda por producir dentro de la audiencia, efectos, sensaciones y emociones determinadas.
3) La trama busca explicar, o por lo menos indaga, en la manera cómo funciona la mente humana.
Las dos caras de la verdad, de Gregory Hoblit (1996)
Un famoso abogado, con un ego tan grande como su prestigio, asume el caso de un acólito acusado de asesinar a un arzobispo. A medida que el juicio avanza, el jurista se involucra más y más con su cliente, un chico que destapa una red de abusos sexuales dentro del ceno de la iglesia. Sin embargo, público y el propio protagonista no podrán descubrir todo el entramado hasta la escena final.
Bug, de William Friedkin (2006)
William Friedkin, el célebre director de El exorcista, se adentra en la mente de un veterano de guerra con Delirio de Parasitosis. Una puesta en escena cruda y agresiva. Las impactantes interpretaciones de Michael Shannon como el desquiciado soldado y Ashley Judd como su compañera accidental, consiguen que los espectadores sientan insectos caminando por dentro de su piel.
El sexto sentido, de M. Night Shyamalan (1999)
¿Saben los muertos que no están vivos? Toda una paradoja que, dentro de la mente de una persona que está en “otro plano”, se vuelve aún más compleja. Una terapia de un psicólogo infantil, en donde el paciente analizado termina convertido en el terapeuta liberador.
Unbreakable, de M. Night Shyamalan (2000)
La dupla de El sexto sentido: M. Night Shyamalan-director y Bruce Willis-actor, repite en este drama, en donde se explora dentro de la psicología de los súper héroes y los villanos. Un dilema que bordea las teorías del Ying Yang o de luz y oscuridad.
Múltiple, de M. Night Shyamalan (2017)
Tercer título de Shyamalan dentro de la lista con películas psicológicas. James McAvoy interpreta a Kevin Wendell, un hombre que sufre de trastorno de identidad disociativo. Dennis, una de las 23 personalidades que “cohabitan” dentro de la mente del protagonista, secuestra a tres adolescentes, lo que da origen al conflicto.
La cinta, pese a ser un notable éxito de taquilla y de crítica, causó mucha controversia. Psicólogos, psiquiatras y personas diagnosticadas con algunas enfermedades mentales, cuestionaron la imagen de peligrosidad y violencia que transmite el personaje central.
Tiburón, de Steven Spielberg (1976)
Antes de que entrara en boga el término películas psicológicas, Steven Spielberg “escribió” con esta cinta, un manifiesto sobre cómo asustar a la audiencia sin mostrar nada. El monstruo no aparece hasta mitad del metraje, lo que no impidió que los espectadores permanecieran aferrados a sus butacas. Terror psicológico en estado puro.
Psicosis, de Alfred Hitchcock (1960)
16 años antes que Spielberg, Alfred Hitchcock ya había elaborado su propia teoría sobre el miedo humano. Norman Bates, uno de los villanos más emblemáticos en la historia del cine, juega con algo más que con la mente de sus víctimas.
El silencio de los corderos, de Jonathan Demme (1991)
Clarice Starling (Jodie Foster), una joven agente del FBI, debe buscar el apoyo de Hanibal Lecter (Anthony Hopkins) para poder atrapar a un peligroso asesino serial. Entre ambos empezará una feroz batalla metal, en la que ninguno de los dos está dispuesto a dejar entrar a su contrincante.
El indomable Will Hunting, de Gus Van Sant (1997)
Un joven genio con un pasado turbulento, que opta por evitar las relaciones interpersonales por miedo a resultar herido. Después de acudir a regañadientes a terapia, entabla una batalla campal con su psicólogo. Pero poco a poco su batería de mecanismos de defensa va cediendo y logra abrir su mente.
Todo por un sueño, de Gus Van Sant (1995)
Antes de dirigir El indomable Will Hunting, Van Sant se había aventurado con un drama que cuestiona la moral de conseguir el éxito a cualquier precio. Protagoniza una implacable Nicole Kidman, cuando empezaba a romper el molde de chica buena en donde Hollywood la mantenía encasillada.
Origen, de Christopher Nolan (2012)
Christopher Nolan se mete, literalmente, dentro de la mente humana a través de los sueños. Con su acostumbrada puesta en escena visualmente limpia y elaborada, construye un relato que abona los terrenos donde se discute sobre lo que es real y lo que no.
Del revés, de Peter Docte (2015)
No suele ser común encontrar una comedia dentro de una lista de películas psicológicas. Y si es una cinta animada, mucho menos. Pero esta cinta de Pixar es una ejemplificación gráfica sobre el funcionamiento de las emociones humanas. Celebrada por crítica y público, muy especialmente por psicólogos y terapeutas infantiles.
Alguien voló sobre el nido del cucú, de Milos Foreman (1975)
Este filme pudiese catalogarse como el “Santo grial” de las películas psicológicas. Es, además, una de tres películas que ha ganado los cinco premios principales de los premios Oscar. (Película, director, actor, actriz y guion).
Este gran clásico de la historia del cine se basa en una crítica despiadada al sistema de salud estadounidense de los años 70. También una mirada nada complaciente a los atajos que toma la mente humana para esconderse de la realidad.
Fuentes de imágenes: Baúl del Castillo / YouTube