El cantante y frontman de una de las bandas pioneras del punk en Argentina, Los Violadores, fue entrevistado por el diario Clarín.
El músico habló de lo que significa ser punk hoy en día, de sus épocas con el grupo en tiempos de flamante democracia y de los años 90′.
Interrogado por la música actual, se despachó contra Coldplay, manifstando que el último disco de la banda comandada por Chris Martin es una mala versión del U2 que deslumbraba a mediados de los 80′. Y reflexionó sobre los numerosos regresos de las bandas separadas que se pensaban que nunca más volverían a los escenarios, y de la reciente muerte de Alejandro Sokol y su visión personal acerca del rock argentino.
Reproducimos parte de esa entrevista. Si desean leer la nota completa, click acá
Hasta qué edad se puede ser punk?
Violadores es un grupo de rock, ya trascendió las fronteras del punk. Hasta tenemos toques de metal, brit-pop. Decir punk…Ya un tipo de 50 años con esto de la punkitud queda un poco gagá.
¿El punk murió?
Ya son ¿cuántos? ¿Treintaypico de años? Es mucho tiempo, una eternidad lo que ha pasado. Ya podemos darlo por muerto, ¿no? Que descanse en paz. Aparte fue absorbido rápidamente: las compañías grandes ficharon a The Jam, los Sex Pistols, The Clash. Se lo comió el sistema. Lo absorbió, como absorbe todo.
¿Todavía estamos pagando el vaciamiento cultural de los ’90?
En la música, eso es a nivel mundial. Uno busca nuevos estilos, y no hay. Mirá Coldplay: Viva la vida es una mala versión de U2 del 80 y pico. La música empieza a ser finita, los acordes se repiten. En el rock argentino, también. Acá el vaciamiento no terminó: manda mucho la TV de aire, el culo, las tetas, los puteríos.
¿Por qué hubo un «que se vayan todos» a nivel político y el reclamo no se extendió a lo artístico, lo mediático?
Estaremos con ganas de comer mierda. Los que no pagan el cable, se cuelgan. Queremos eso.
El rock nacional fue legitimado y homenajeado. ¿Dónde quedaron Los Violadores dentro de ese tributo?
Alguna gente nos respeta, nos empieza a valorar. También hay alguna represalia por haber dicho «no nos juntamos más». Como si dijeran «no les damos más pelota por mentirosos».
¿No les hubiera convenido separarse en el ’92, como hicieron, pero volver recién 15 años más tarde, con gira y todo?
No todas las bandas son iguales y tienen la misma estrategia. Algunas son más inteligentes y otras, más torpes. Nosotros estamos del lado de los torpes.
¿Por qué las bandas que regresan necesitan enmascarar el interés pecuniario?
Mirá, yo en Lima vi a Los Cadillacs, y me pareció un show muy bueno. No me interesa si lo hicieron por la plata: si van a hacer algo nuevo en la música, bienvenidos. Lo de Soda sí fue como lo de los Pistols: vuelta sin disco, sin nada, vivir de lo viejo. Si Luca viviera, ¿cuántos estadios de River llenaría Sumo? Y sin embargo, dos días antes de morir, tocamos juntos en Los Andes para 400 personas. Ahora también falta Sokol… Pasa el tiempo y el rock se va cobrando víctimas.
¿Te hiciste punk porque te parecía que era algo que cualquiera podía tocar?
Era la oportunidad de los que no habíamos podido estudiar música ni habíamos tenido una familia musical. Pero no era fácil de hacer. No fue fácil escribir Represión. Un día estaba decepcionado de la vida y empecé a escribir, y nació eso. El dolor da mucha creación. Hay que sufrir.
¿Sufriste mucho? ¿Los punks no tenían groupies?
Sí, teníamos. Los ’80 fueron una época de puterío tremendo. A los camarines entraban muchas mujeres, era una joda bárbara. Todas las bandas estaban en ésa.
Los famosos excesos del rock.
Por suerte, yo sólo agarré por el lado del alcohol. No fui alcohólico, pero sí más que un bebedor social. Ahora estoy en exquisito: miro si es un malbec y de qué año. Me fijo en los maridajes con las comidas… Estoy grande.-
Fuente: Clarín