Nota: esta crítica no contiene spoilers.
«Las segundas partes nunca fueron buenas» , es lo que se suele decir. ¿Y que hay de las terceras partes? Es más, ¿qué pasa cuando revientan un clásico Disney con una secuela?
En este caso, los productores de Disney tenían un trabajo muy difícil por delante para convencer a la audiencia con una tercera entrega que ha tardado en llegar. Sin duda alguna, la gran inversión en publicidad les ha ayudado, pero el boca a boca también.
Y es que «Toy Story 3» tiene los resultados en taquilla que se merece. Los guionistas han hecho un trabajo diez con una historia que recoge a la perfección la evolución de las dos primeras partes. Para todos los que hemos crecido con «Toy Story» desde nuestra infancia, nos identificaremos con el final de la película y sentiremos hasta extrañas emociones. De hecho, es una película que hace llorar al público, ya que hace recordar los momentos más dulces de nuestra infancia y hasta nos hará pensar en algunos recuerdos que creíamos extinguidos.
Es una película que hay que ver (y no necesariamente en 3D).