Arrancamos hoy una nueva serie en la que iremos analizando los diferentes títulos del cine que han abordado el mundo de la educación desde la gran pantalla. En este ciclo, hablaremos de títulos recientes como ‘El profesor (Detachment)’, pero también nos sumergeremos en títulos más clásicos, y precisamente hoy comenzaremos hablando de ‘El milagro de Anna Sullivan’, una película que sin duda os emocionará mucho. La cinta de 1962 vale la pena, tanto por su ficha técnica como por el mensaje que desprende.
La película de origen estadounidense fue dirigida por Arthur Penn y contó con un guión de William Gibson, que interpretaron magistralmente Anne Bancroft, Patty Duke, Inga Swenson, Andrew Prine, Kathleen Comegys y Victor Jory.
Su sinopsis nos habla de una profesora con una infancia traumática que trata de educar a una niña sorda, ciega y muda. Un oscuro complejo de culpabilidad, por la muerte de su hermano, impulsa a la pedagoga a redimirse mediante la educación de la niña. Cuando llega a la casa donde vive la joven se encuentra con una familia que ha mantenido a la niña a su antojo, ante la incapacidad de los padres para poder educarla. Hellen es considerada como una desgracia de la naturaleza que no tiene remisión y con la cual es imposible entablar cualquier comunicación. Tan sólo la madre es quien mantiene una leve esperanza. La adolescente, por su parte, vive en un mundo propio completamente ajeno. No sabe cómo romper esta burbuja hasta que llega Ana Sullivan, quien con mucha paciencia y rigor se encargará de su educación. Pero que Hellen pueda llegar a comunicarse haría falta un milagro.