Se trata de una de las sagas con más publicidad, más trayectoria y seguramente entre las que mayor número de seguidores congregan en torno a ella.
¿Cómo vive cada espectador cinéfilo su relación con Star Wars? Son películas que no dejan a muchos en el término medio; o hay grandes seguidores o usuarios de cine que no sienten el menor interés.
Hay de todo, desde quienes piensan que las tres primeras (del episodio IV al VI) fueron realmente únicas y todo lo demás está siendo añadido artificial. También hay quien opina que cada una de las nuevas entregas es un espectáculo de cine, en todos los sentidos. Personalmente, me encuentro entre los segundos.
La última entrega que fue estrenada el pasado viernes 15 había generado muchas y muy altas expectativas. Suele suceder que, cuando se espera tanto y vamos a nuestra sala de cine preferida a quedarnos “clavados” en la butaca, es posible que se salga con alguna sensación de frustración. En muchos casos la película en sí misma no tiene toda la culpa, sino que es una cuestión mental del espectador.
Su duración
Dos horas y media, más concretamente 2h 32 minutos. Un metraje que podría parecer demasiado largo, pero que en este caso no lo es. En muchos otros títulos, el argumento, la acción, la credibilidad de los personajes, el diálogo…hacen que el espectador sienta la necesidad de que aquello vaya terminando, cuando pasan 90 minutos.
En “Star Wars, episodio VIII: los últimos Jedi”, las dos horas y medias avanzan deprisa. Una combinación de acción, alguna que otra sorpresa importante, intriga sobre el final, y el rico universo de Star Wars, producen el efecto de que la película no se haga pesada en ningún momento.
Previsibilidad del final
Muchos cinéfilos pedimos una cosa importante al cine de Hollywood de hoy en día: que el final no sea previsible. No solo el final, sino tampoco lo que va ocurriendo. En un gran número de filmes, en poco más de la mitad de la película resulta bastante sencillo saber lo que va a ocurrir, y en muy reducidos casos se falla en la apreciación.
En el Episodio VIII de Star Wars no todo es previsible. Desde personajes que son todo lo contrario de lo que pudiera pensarse de ellos (por ejemplo, el excelente papel, como casi siempre, de Benicio del Toro), la incertidumbre sobre el rumbo que elegirá Kylo Ren (interpretado por un fantástico Adam Driver), y un enigmático Luke SkyWalker, en quien no está claro hasta el último momento lo que decidirá.
A una trepidante acción, como siempre ocurre con los títulos de la saga, se une la expectación de no saber ni intuir fácilmente lo que irá ocurriendo.
Toques de humor
Una de las críticas que con mayor insistencia se están haciendo sobre la película, es la incorporación de algunos puntos de humor en momentos clave.
Un ejemplo de ello es la solución a la entrega ceremoniosa que Rey hace a Luke del sable de luz Jedi, en el final de la película anterior (el episodio VII). Lo primero que vemos cuando esta escena se retoma en la película ahora recién estrenada, es que Luke arroja el sable al mar por los acantilados, hacia atrás de él, con cierto gesto de insignificancia por el objeto.
Realmente la ironía siempre ha estado presente dentro del universo Star Wars (sobre todo gracias a Han Solo), aunque es posible que el humor de Los Últimos Jedi se asemeja más al estilo impuesto en las películas del Universo Cinematográfico de Marvel.
Acción y sentimientos
‘Los últimos Jedi’ nos va presentando un buen número de persecuciones, combates espaciales y duelos de espadas láser, y el poder de la Fuerza se ve incrementado incluso respecto de otros títulos anteriores de la saga.
En el aspecto humano, la película es especialmente conmovedora, por la forma que tiene de transmitirnos el dolor que provoca la pérdida de amigos, de compañeros, de ilusiones, de confianza traicionada. Pero en todo ello se va intuyendo un renacer, una nueva ilusión, una nueva esperanza.
A medida que avanzamos en la visión de la película, descubrimos que una sensación clave que vamos sintiendo cada vez más es la de la nostalgia. Son muchas las referencias a las películas anteriores de la saga, muchos los pequeños detalles. Seguramente en posteriores visionados de esta cinta, iremos descubriendo cada vez más recuerdos nostálgicos. Un ejemplo de ello son las referencias a la muerte de Han Solo.
Algunos personajes importantes
- Luke Skywalker. No era nada fácil poner cara a un personaje de tanta dimensión en la saga. Luke es el personaje central, de una forma u otra, en todas y cada una de las películas de la saga. Bien sea porque su aportación es esencial para la República, porque se planifica su nacimiento como salvador, etc. Su aparición se nos anuncia, como hemos visto, al final del Episodio VII y es la clave en el VIII. Mark Hamill es uno de los grandes atractivos de esta nueva entrega. En cada escena, solo su rostro es un canal de expresividad, en el que percibimos un intenso dolor por el pasado, sorpresa por la nueva Jedi y su poder, nostalgia, agotamiento, y mucho más. Ver a Hamill interpretando a Skywalker es un verdadero deleite.
- Kylo Ren. Adam Driver no ha sido elegido al azar para interpretar al gran líder (y previsiblemente nuevo líder supremo) de la Primera Orden. Las facciones de su rostro, su frialdad y ambición sin límites, lo ponen a la altura del mismísimo Darth Vader. Y posiblemente nos da más miedo todavía.
- Rey, la “nueva esperanza” de la galaxia, es una mujer inteligente, valiente, y con un renacer de la fuerza en ella, que deja atónito a Luke. La garra y el coraje que demuestra en las escenas de lucha nos da la sensación, a los que amamos la saga, de que felizmente hemos descubierto a una gran sucesora, que toma el relevo de los grandes Jedi.
- Yoda. De alguna forma, según va avanzando la película, se le echa de menos. Y recibimos con mucha alegría su aparición, aunque sea por unos breves momentos, y llamando “joven Skywalker” a un Luke en el final próximo de su vida. El gran Maestro Jedi de toda la historia de la Galaxia ha sido una pieza fundamental en la saga, e incluirle en esta entrega no puede ser sino un gran acierto.
No hay que perdérsela
A pesar de algunas críticas que “Star Wars, episodio VIII: los últimos Jedi” está recibiendo, en el sentido de abusar de los toques de humor, de decepción por las expectativas generadas, de que no aporta nada nuevo, etc., no hay que perdérsela.
De nuevo lo han conseguido. Un torrente de ilusión, de acción galáctica, de fantasía, de espectaculares efectos especiales, de magia, de grandes actores, son cuestiones que nos llevan a una única conclusión: ¿realmente seremos capaces de esperar dos años para el episodio IX?
Fuentes de imágenes: Zonared / BioBioCHile / YouTube