Seguimos esperando el próximo álbum de estudio de la banda de Robert Smith que posiblemente se edite en este año, y digo posiblemente porque con The Cure nunca se sabe. Mientras tanto el grupo sigue engordando su catálogo, esta vez con un doble álbum en directo. La actuación tuvo lugar en el Bestival, festival de la Isla de Wight que se celebró el pasado 10 de septiembre, esta vez con la novedad de la vuelta de Roger O’Donell a los teclados y la salida de Porl Thompson de la formación.
El álbum se abre con “Plainsong” como su mítico álbum “Disintegration” (1989). Lo que viene después es un verdadero carrusel de temas clásicos, canciones memorables que son parte fundamental de la música de las tres últimas décadas. El grueso del repertorio son sus mejores pildorazos pop abarcando prácticamente toda su extensa discografía y dejándose para el final sus temas más oscuros pertenecientes a sus discos más siniestros.
Sin embargo con este álbum me sucede algo contradictorio. Por un lado repertorio es de matrícula, pero por otro lado el sonido es demasiado austero y no hace justicia a la riqueza de matices de la música de The Cure y es ahí donde palidece este directo. Parece que estamos escuchando maquetas de futuras canciones sino fuera porque escuchamos ruido de gente de fondo.
Precisamente es la vuelta de Roger, con su regreso a los teclados, lo que salva gran parte del cancionero aportando detalles que llevábamos tiempo sin disfrutar en directo, especialmente brillante en sus aportaciones a “A Forest”, «The Walk», “In Between Days”, “Let’s Go To Bed”, “Just Like Heaven” o en la agradable vuelta al setlist de la psicodélica “The Caterpillar”.
En resumen, un disco en directo fundamental para fans y para los no iniciados pero que dista de ser una muestra representativa de lo que The Cure pueden transmitir en sus intensos directos.