Sin lugar a dudas, «Fish and Cat» de Shahram Mokri es una de las propuestas más atrevidas de esta edición del Festival de Sitges.
No solo su historia resulta ser gratamente sorprendente, sino que su puesta en escena , un plano secuencia de algo más de dos horas, no deja indiferente a nadie.
Difícil explicar lo que ocurre en el filme en unas líneas, además de que es una película más cuanto menos se sepa de su argumento, pues la sorpresa con «Fish and Cat» está asegurada ya sea para bien o para mal.
La cinta comienza con la noticia de que un restaurante fue cerrado en Irán en 1998 por que al parecer en él se servía carne que no era de animal. Este aviso jugará con las expectativas del espectador desde el primer momento.
La cámara, en movimiento constante, sigue a los diversos personajes de esta cinta coral durante una historia en la que se rompe con el concepto de espacio-tiempo.
Así vamos conociendo la vida de unos jóvenes que han acudido a la orilla de un río para acampar a la espera de una competición de cometas.
Pese a que en algunos momentos el ritmo del filme decae y algunas situaciones se hacen demasiado largas, «Fish and Cat» es un ejercicio muy notable en el que hay que reconocer una increíble planificación que hace posible una interesante película de más de dos horas sin ningún corte.
Decir también que la elección del plano secuencia no es gratuita por el bien de un simple experimento formal, sino que la historia tal como la percibimos no podía ser concebida de otra manera.
Valoración: 8/10