Tras unos años 80 incríbles y después de hacerse con tres estatuillas de la Academia, dos a mejor director y uno a mejor guion adaptado, Oliver Stone tuvo unos años 90 de lo más polémicos, en los que no solo siguió con la crítica a la política de Estados Un idos, sino también al comportamiento de su sociedad.
En 1990 el director rueda un homenaje al mítico grupo de música con «The Doors«, una cinta algo irregular, pero sin duda inolvidable, dentro de la filmografía del realizador.
Al año siguiente Stone crea un gran revuelo con una de sus obras cumbres, «J.F.K.: caso abierto«, cinta que tacha de conspiradores a todo la élite del gobierno en la muerte del presidente John Fitzgerald Kennedy. La cinta consiguió ocho nominaciones a los Oscar, incluidas la de mejor película y la de mejor director, obteniendo finalmente mejor sonido y mejor montaje, además el cineasta obtuvo el Globoo de Oro al mejor realizador.
En 1993 cierra su trilogía del Vietnam con el filme «El cielo y la tierra«, una gran película pese a estar un peldaño por debajo de las dos primeras entregas.
Un año más tarde vuelve a ponerse en el centro de la polémica con su cinta «Asesinos natos«. Quentin Tarantino era el autor del guion de esta nueva película de Stone, pero se negó a aparecer en los créditos porque no le gustó nada el resultado final, se llegó a decir en su momento que ambos cineastas llegaron a las manos por lo que uno hizo con el guion del otro. «Asesinos natos» retrata una sociedad estadounidense que ensalza a unos asesinos seriales por la fuerza mediática que le dan los medios de comunicación, toda una crítica al pueblo norteamericano. El filme recibio el Gran Premio del Jurado en la Mostra de Venecia.
En 1995 retrata a uno de los lideres políticos mas controvertidos de la historia en «Nixon«. Nominada a cuatro premios Oscar, entre ellos el de mejor actrto para un Anthony Hopkins impresionante en la piel del que fuera presidente de los Estados Unidos.
«Giro al infierno«, en 1997, seguía la línea de «Asesinos natos» pero de una manera mucho menos dura. Su montaje menos acelerado y, sobretodo, su falta de sátira hicieron de ella una cinta mucho menos polémica, pero también de menos nivel, hasta el punto de ser nominado al Razzie a peor director del año.
Con una media de más de veinte planos por segundo, en 1999 rueda otra película de ritmo frenético, «Un domingo cualquiera«. Pese al gran trabajo de montaje la cinta vuelve a estar muy por debajo de obras anteriores.
Más información | Maestros del cine: Oliver Stone (años 90)
Fuente | wikipedia
Fotos| churchillandrufus.com trastos.wordpress.com biografiasyvidas.com