Acabo de terminar de ver Max Payne y debo reconocer que, entre medias, me he quedado dormido.
La adaptación al cine del famoso videojuego, del que toma como referencia la historia de un policía que busca a los asesinos de su mujer e hijo y algunas escenas a cámara lenta, deja mucho que desear.
En primer lugar el guión, típico de películas de acción americanas, donde se sabe quién es el «malo» nada más verlo en pantalla.
Además, el lío que montan con la droga yo no lo recuerdo del videojuego y es lo peor de lo peor. Esa historia de drogas con alucinaciones con pájaros y demás es una paparrachada.
En cuanto a las interpretaciones no destaca nadie en la película, ni el propio Mark Wahlberg.
En fin, una película de serie B adaptación de un videojuego de serie A que no se merecía esta transformación al celuloide.
No me extraña que la película haya fracasado en la taquilla tanto en USA como en España.