Si me preguntan cuáles son las mejores películas de la filmografía de Quentin Tarantino como director de cine, está claro que son sus dos primeras películas Reservor dogs (1992) y Pulp Fiction (1994).
Desde entonces, no ha conseguido con el resto de sus películas el consenso de la crítica ni con Kill Bill, su mejor película hasta la llegada de Malditos bastardos porque de Four Room, Jackie Brown y Grindhouse mejor ni hablar.
Con Malditos bastardos volvemos a reencontrarnos con el Quentin Tarantino que ama los diálogos y el cine (y la música del cine) para mostrarnos desde el principio, ganadero y caza nazis, unas conversaciones muy bien trabajadas y que mantienen en tensión al espectador.
Tarantino une excelentemente todas las líneas de argumento de su película, excepto contar la historia de porqué el personaje de Brad Pitt tiene una cicatriz en el cuelo -está historia se habrá caído del montaje-.
Además, y aviso a los espectadores, la película tiene algunas escenas bastantes gores.
Por último, deciros que Malditos bastardos se ha convertido en la película de Tarantino más taquillera en USA de su filmografía con un recaudación de 110 millones de dólares.