Takeshi Kitano como tanta otra gente de fuera de este país, ha intentado probar suerte alguna vez en Estados Unidos. El cineasta entra en el siglo XXI con su primer filme en tierras norteamericanas, se trata de “Brother” del año 2000, una cinta sobre un mafioso japonés que por problemas con la Yakuza se ve obligado a exiliarse. La cinta, pese a ser de gran calidad, deja bastante indiferentes tanto a críticos como a público en su momento.
En el año 2002 Kitano rueda el filme “Dolls” un drama sobre tres historias de amor eterno con el que esta vez si que recibe grandes halagos por parte de la crítica de nuevo.
Y un año más tarde llega su película “Zatoichi”, que lo hace más popular si cabe. Con ella gana el León de Plata a mejor director en la Mostra de Venecia, la cinta además se alza con el premio de mejor película entregado por el público del Festival de Toronto y en el Festival de Sitges recibe los premios de mejor película, mejor banda sonora y Premio del Público.
En 2005, con “Takeshis’”, hace un trabajo de autoreflexión comparando lo que ha sido su carrera como director o lo que da a conocer como Takeshi Kitano y lo que ha sido su vida como humorista o actor, su alter ego Takeshi beat. Al igual que en este filme, en la vida real firma sus actuaciones como Takeshi beat y solo como Takeshi Kitano sus trabajos como realizador.
“Glory to the filmmaker!” llegaría en 2007. Al igual que hiciera en “Takeshis’”, Kitano vuelve al ejercicio de introspección de su propio cine, para mostrar como es el progreso de la creación de la obra. Esta vez desde una vertiente más cómica, nos muestra a un director que intenta buscar su estilo intentando crear cine en todos los géneros posibles.
Ese mismo año participa en el proyecto “A cada uno su cine”. Una cinta francesa de 33 cortometrajes de unos tres minutos de duración cada uno, que se hizo con motivo 60 aniversario del Festival de Cannes. En ella participaron algunos de los mejores directores del momento. La pieza de Takeshi Kitano se llama “One Fine Day”.
En 2008 rueda la película “Aquiles y la tortuga”, una cinta que narra las vivencias de un artista de poco talento que cuenta con el apoyo de su esposa. En los últimos años, la creación se está volviendo tema recurrente en la filmografía de Kitano, ya reflexionaba sobre ello en su película anterior “Glory to the filmmaker!” y al año siguiente lo hace con la comedia negra “Aquiles y la tortuga”. Esta cinta optó al León de Oro de la Mostra de Venecia de aquel mismo año.