Los mejores thrillers en la historia del cine

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El thriller cinematográfico es uno de los géneros más populares entre los gustos del público. Tomó su forma de la literatura, aunque con el tiempo consiguió hacerse de su propio código, su manera particular de contar historias.

Dueño de su propia categorización, (thriller sobrenatural, policial, psicológico), la premisa en todos los casos es mantener aferrado a la butaca al espectador. Hasta el final, el misterio no puede ser desvelado.

Alfred Hitchcock es quizá el máximo representante de los mejores thrillers. Sin embargo, a lo largo de la historia del Séptimo Arte son varios los directores que han explotado el género con éxito.

Los mejores thrillers, los que no hay que perderse

Psicosis. Alfred Hitchock, 1960

Sin lugar a dudas, la obra cumbre del género. También la que lo define. Son muy pocos los filmes posteriores, que no tomen algún elemento del clásico del “Maestro del Suspenso”.

Fue rodada con mucha polémica, en una época en la que el cine hollywoodense vivía preso de una férrea censura. Pero el realizador británico se “salió con la suya” y rodó una historia políticamente incorrecta por donde se le mire. Sobre todo, para los estándares conservadores que regían la industria del cine.

Mención aparte para la música compuesta por Bernard Herrmann. La partitura musical que acompaña a todo el filme no solo sirve para acentuar el misterio, es igual de irreverente como el resto de la película.

Seven. David Fincher, 1995

El segundo filme del estadounidense David Fincher, revitalizó a mitad de los 90 un género que, salvo excepciones, estaba algo estancado hacia finales del siglo XX.

Son dos policías en posiciones contrapuestas. Uno queriendo iniciar una larga carrera como detective, el otro a punto de firmar su retiro. Deben enfrentarse a un asesino serial que les llevará (literalmente) al límite.

Además de un guion sin fisuras escrito por Andrew Kevin Walker y de una impecable dirección de cámara y fotografía, destaca por el trabajo de sus protagonistas.

Tesis. Alejandro Amenábar, 1995

Tesis

Mientras Fincher refrescaba al suspenso hollywoodense, dentro de la cinematografía española hacía irrupción un joven Alejandro Amenábar. Su debut cinematográfico fue tan rompedor como destacado, convirtiéndose en poco tiempo en una referencia a imitar, incluso dentro de la propia industria estadounidense.

Tiburón. Steven Spielberg, 1975

El segundo largometraje para cine de Spielberg representa, dentro de las películas de monstruos, el mismo hito que marcó Hitchcock con Psicosis dentro del thriller psicológico.

Una de las muchas virtudes de Tiburón, es que mantiene en vilo a los espectadores durante casi la mitad de la proyección. Y ello todavía sin mostrar las fauces de una “máquina asesina”.

A destacar la música compuesta por el incansable John Williams.

Cuarenta años después de haberse estrenado, este filme es el responsable de un hecho curioso. Casi ninguna persona sea capaz de meterse a nadar en la playa, sin temer en algún momento terminar como víctima de un ataque escualo.

Durquerke. Christopher Nolan, 2017

Recién estrenada en los cines, representa para muchos la obra cumbre del celebrado director londinense. Un filme de suspenso, cobijado dentro de una historia bélica.

Basada en la célebre Operación Dinamo, con la que Reino Unido logró evacuar a 300.000 soldados de las costas francesas bajo control nazi.

Nolan ofrece una perspectiva desde tres ángulos distintos (aire, tierra y mar) de la operación.

Impecable a nivel visual, destaca también por el gran trabajo de su “ejército” de protagonistas, y por la labor musical de Hans Zimmer.

El silencio de los corderos. Jonathan Damme, 1991

La obra cumbre dentro de la filmografía del recientemente fallecido realizador neoyorkino. Si bien no fue el debut cinematográfico de Hanibal Lecter, (Hunter de Michael Mann en 1986, fue su primera película), si es responsable de que permanezca tatuado en la psique del público.

Una historia intrigante, de principio a fin. El espectador asiste sobrecogido a la fuga del temido doctor, Hanibal “el Caníbal”.

Entre sus logros destaca el haber ganado el Oscar en las 5 categorías principales: Película, Director, Actor (Anthony Hopkins), Actriz (Jodie Foster) y guion.

El sexto sentido. M. Night Shyamalan, 1998

Suspense sobrenatural. Un niño que debe lidiar con una habilidad particular (Haley Joel Osment), recibe ayuda de un psicólogo (Bruce Willis), quien al mismo tiempo está tratando de descubrir por qué perdió el control de su vida.

el sexto sentido

Éxito de taquilla, expuso el estilo de su director para crear suspenso a base de secuencias largas, con apenas diálogos y pequeños movimientos de los protagonistas.

En ocasiones veo muertos” se convirtió en una de las frases más célebres dentro de la historia del cine.

El resplandor. Stanley Kubrick, 1980

Si se revisa cronológicamente la filmografía de este director neoyorquino, es fácil caer ante la tentación de adjetivar como “La obra cumbre” casi todas las películas que van apareciendo en la lista. Con El resplandor no hay excepción.

Esta película está basada en la novela homónima de Stephen King (uno de los autores literarios que más argumentos ha aportado al cine). Sin embargo, a pesar del éxito de la película, King cargó contra lo hecho por Kubrick con su obra.

Fue una de las primeras películas en utilizar la Stediecam para filmar escenas en movimiento. Casi cuarenta años después, sigue siendo la referencia de profesores de cine al hablar de las potencialidades del uso de este recurso técnico.

Sospechosos Habituales. Brian Singner, 1995

Película que llenó de prestigio a su realizador, antes que se dedicase a explorar el mundo de los cómics de héroes con los X Men y la fracasada Superman Regresa.

Singer dirigió de forma bastante correcta un filme que destaca por su elaborado guion. Se obliga al espectador a esperar hasta el final, para poder desentrampar todo el misterio.

Infiltrados. Martin Scorsese, 2006

Uno de los filmes policíacos más crudos de la historia del cine. Scorsese, asiduo del cine de Gánster, lleva la violencia visual (sin ser durante gran parte del filme explícita) a niveles que provocan que el espectador se retuerza constantemente en su butaca.

Además de una impactante puesta en escena, el filme se mantiene en base al potente trabajo actoral de sus protagonistas.

Fuentes imágenes: IFC.com  /  Crash  /  Upsocl


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