Quizá no exista otra categoría que de más prestigio a un filme. Y es la de ser considerado dentro de las películas de culto.
No hay un parámetro estándar para definir a las cintas con este estatus. En ocasiones, están reñidas con la calidad. En otros momentos, pese a las alabanzas que reciben, son ignoradas en los grandes premios (principalmente por el Oscar).
Una película de culto trasciende a la moda y al tiempo. Es mucho más que una película con un club de fans.
Índice
- 1 Películas de culto y la taquilla
- 2 Ciudadano Kane, de Orson Welles (1941)
- 3 La matanza de Texas, de Tobe Hoper (1974)
- 4 Memento, de Christopher Nolan (2000)
- 5 Mars Attack!, de Tim Burton (1996)
- 6 Donnie Darko, de Richard Kelly (2001)
- 7 El mago de Oz, de Victor Fleming (1939)
- 8 Star Wars: Episodio IV-Una nueva esperanza, de George Lucas (1977)
- 9 Posesión infernal, de Sam Raimi (1981)
- 10 The Crow, de Alex Proyas (1994)
- 11 Requiem for a dream, de Darren Aronofsky (2000)
- 12 Oldboy, de Pak Chan-uk (2003)
- 13 La noche de los muertos vivientes, de George A. Romero (1968)
- 14 Blade Runner, de Ridley Scott (1981)
- 15 Holocausto Caníbal, de Roggero Deodato (1980)
Películas de culto y la taquilla
En teoría, son incompatibles con los grandes éxitos del “box office”. Sin embargo, con la popularización del término, ahora existen Directores de Culto, cuyos filmes recaudan importantes sumas de dinero.
De los más notables: Christopher Nolan, Quentin Tarantino y Tim Burton. También hay que nombrar a George Lucas, Steven Spielberg y Pedro Almodóvar, entre muchos otros.
Ciudadano Kane, de Orson Welles (1941)
Al momento de su estreno, fue ignorada por el público y apenas considerada por la crítica. Ganó el Oscar solo como Mejor Guion Original, pese a acumular 8 candidaturas. Ese año ganaría como Mejor Película Qué verde era mi valle, de John Ford, film que pocos recuerdan, pese a la leyenda de su director. Para muchos, es la mejor película en la historia del cine.
Quentin Tarantino es uno de los directores de culto más emblemáticos de los últimos 20 años. Ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Canes y del Oscar al Mejor Guion Original. Revitalizó la carrera de John Travolta y dejó más de 200 millones de dólares en taquilla.
La matanza de Texas, de Tobe Hoper (1974)
Si hay un género cinematográfico con varias películas de culto, es el terror. Destacan producciones de bajo presupuesto y dudosa calidad (Cine Serie B), pero con una legión de admiradores que sorprende a muchos.
Memento, de Christopher Nolan (2000)
Es el Director de Culto más taquillero de la actualidad, gracias principalmente a su trilogía del Caballero de la Noche. Su último filme, Dunquerque, ha servido para acrecentar todavía más su prestigio. Antes de la fama, filmó Memento con bajo presupuesto y de forma semi independiente. Fue una de las películas más comentadas de principios del nuevo milenio.
Mars Attack!, de Tim Burton (1996)
Otro director de culto cuyo prestigio se basa en su visión cinematográfica sobre Batman. Mars Attack! es uno de sus filmes más incomprendidos, según sus fieles fanáticos. Se estrenó dos años después de Ed Wood (1994), su homenaje a quien es considerado el peor director de todos los tiempos.
Donnie Darko, de Richard Kelly (2001)
Es de los últimos 20 años, la película de culto por antonomasia. Estrenada de forma limitada en Estados Unidos, apenas días después del atentado a Las Torres Gemelas. Pasó casi de manera directa al video casero, pero generó una onda tan expansiva, que en 2004 regresó a los cines.
El mago de Oz, de Victor Fleming (1939)
Su alto presupuesto y la prácticamente nula recepción por parte del público, casi arrastran a la quiebra a su casa productora, la Metro Goldwin-Mayer. Siempre ha sido considerado una obra de arte, sobre todo por los directores cinematográficos.
Star Wars: Episodio IV-Una nueva esperanza, de George Lucas (1977)
Muchos se resisten a considerar dentro de la categoría de Películas de Culto a este filme. Se prefiere incluir a American Grafiti, la producción previa de Lucas. Los aportes de la Guerra de las Galaxias al desarrollo del cine como arte y como espectáculo son incuantificables. Además de la propia película, la banda sonora compuesta por John Williams, es otro producto con una legión de fanáticos incansable.
Posesión infernal, de Sam Raimi (1981)
Antes de aventurarse con Spiderman, Sam Raimi hizo fama como director de cine de terror sobrenatural-diabólico, con películas Serie B. Su producción, concebida como un proyecto estudiantil, es un capítulo icónico dentro del cine comercial estadounidense.
The Crow, de Alex Proyas (1994)
La notoriedad de este filme, más allá de sus elementos góticos y diabólicos, obedece únicamente a la muerte de su protagonista durante el rodaje. Brandon Lee (hijo del mítico actor de artes marciales Bruce Lee), falleció a causa de una herida de bala en medio del set. Sobre este hecho, declarado oficialmente como un “terrible accidente laboral”, se han tejido las más variadas teorías conspirativas.
Requiem for a dream, de Darren Aronofsky (2000)
El culto a las obras del director neoyorkino Darren Aronofsky empezaría con este filme. Apenas generó interés en el “gran público”. Casi de forma instantánea pasaría a formar parte de las materias de análisis cinematográfico en universidades de buena parte del mundo.
Oldboy, de Pak Chan-uk (2003)
De producción surcoreana, este filme consiguió cultivar una legión de fanáticos en Europa y América. Recibió el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de Canes.
La noche de los muertos vivientes, de George A. Romero (1968)
Más cine Serie B, ahora con muertos vivientes como protagonistas. Es a las películas de apocalipsis zombi lo que Star Wars es a las películas espaciales. La simpleza de su argumento y de su producción, además de su abundante violencia gráfica, marcarían en adelante al género.
Blade Runner, de Ridley Scott (1981)
Scott venía de dirigir Alien, el octavo pasajero. Harrinson Ford empezaba a cimentar su leyenda, tras alcanzar notoriedad como Han Solo y volverse una estrella gracias a Indiana Jones. Pese a estos ingredientes (prometía además ser una historia futurista con grandes efectos especiales), el filme se convertiría en un fiasco. Muchos criticaron su ritmo lento y la complejidad argumental.
Sin embargo, conforme pasaron los años, el mito en torno a esta pesimista historia fue creciendo paulatinamente. Tanto que 35 años después se estrena su secuela.
Holocausto Caníbal, de Roggero Deodato (1980)
El cine gore en su máxima expresión. Casi 40 décadas después, continúa siendo una cinta difícil de procesar por mucha gente. Alrededor de su descomunal violencia visual, se ha instalado un grupo de adoradores, quienes ven en esta producción ítalo-colombiana, una sátira a la civilización humana.
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