La música para concentrarse

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Hay momentos en que la mente humana pareciera funcionar más lento. Los pensamientos se atropellan unos a otros y organizar las ideas se torna una misión imposible. Dispersión, desgano, ansiedad y cansancio ganan la batalla.

Cuando es muy necesario tranquilizarse, una técnica muy útil es recurrir a música para concentrarse.

El proceso de elección de música para concentrarse

Aunque hay sonoridades producidas expresamente para tal fin, los ritmos empleados para la búsqueda de la concentración perdida responden a una elección individual. Gustos personales y en algunas ocasiones, el entorno o la especificidad de la acción que se realice, pueden condicionar la selección.

Algunos especialistas en los misterios de los procesos mentales, afirman que la música para concentrarse debe estar impregnada con ritmos lentos y pausados. Tampoco se debe abusar de decibelios demasiado elevados y, en el mejor de los escenarios, carecer de letra.

Lo anterior funciona perfectamente para personas que requieran paz y tranquilidad al estudiar, leer o escribir. Pero estos no son los únicos momentos en los que se pueda requerir de ayuda para centrarse en una actividad que se lleve a cabo.

Hacer deportes o labores cotidianas como cocinar y muchos trabajos manuales o mentales también requieren concentración.

Música para concentrarse en los estudios o la lectura

Muchas personas no son capaces de concentrarse en sus trabajos, si no es con la compañía de la música para concentrarse. Hay quienes incluso promocionan y comercializan canciones y partituras con la capacidad para mejorar la memoria a corto o largo plazo.

¿Qué tipo de música elegir? El sentido común nos puede guiar. Lo que estamos buscando es una buena concentración. Y estudiar para un examen de matemáticas o cualquier otra materia escuchando heavy metal o reggaetón de fondo, no parece precisamente una buena idea.

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Beethoven y Mozart: los clásicos

Las composiciones de dos de los artistas más perdurables dentro de la historia universal de las artes, son frecuentemente empleadas como música para concentrarse.

Sus trabajos han sido objeto de estudio, debido a sus posibles efectos positivos en el desarrollo de las capacidades cognoscitivas de niños en edades tempranas. Algunos hasta aseguran que los bebés que desde la barriga están familiarizados con las composiciones de estos músicos, son más inteligentes de adultos. Como todo tiene un nombre, a esto se le llama “efecto Mozart”.

Pero Ludwig van Beethoven y Wolfang Amadeus Mozart no son los únicos músicos clásicos, cuyas composiciones son empleadas como herramientas de concentración. Nombres como los de Johann Sebastian Bach, Fréderic Chopin, Antonio Vivaldi o Franz Liszt también destacan.

Las Bandas Sonoras o “los nuevos clásicos”

Los compositores de música para cine y televisión, principalmente dentro de la industria audiovisual estadounidense, cada vez se abren más espacios dentro de las audiencias. Sus trabajos son cada vez más reconocidos y algunos de ellos ya tienen el estatus de estrella. Casi a niveles de directores o actores.

Mucha de la música de varias películas o series de TV, también se ha abierto hueco entre quienes buscan música para concentrarse.

Destacan los trabajos de Hans Zimmer en filmes como Interstellar (2014) u Origen (2010), ambos de Christopher Nolan. Su labor dentro del filme La delgada línea roja (1998) de Terrence Malick, es igualmente potente.

Grandes nombres de Holliwood

Michael Giacchino es otro músico abocado al cine y a la televisión. También ha aportado partituras utilizables para procurar concentración. Sobresale la banda sonora de la serie Lost (Perdidos), creada por J.J. Abrams. En el cine, sus colaboraciones con Pixar en los filmes animados Del Revés (2015) y Up (2009), ambas de Pete Docter.

Danny Elfman es un músico veterano de Hollywood, reconocido principalmente por sus aportes en varias de las cintas dirigidas por Tim Burton. Uno de sus trabajos más recientes, La chica del tren (2016) de Tate Taylor, presenta arreglos minimalistas y tranquilos, ideales para la introspección.

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El más emblemático de todos los músicos que han hecho carrera en Hollywood es, sin lugar a dudas, John Williams. De sus recurrentes colaboraciones con Steven Spielberg resaltan La lista de Schindler (1993) y Rescatar al soldado Ryan (1998). Ambos son filmes bélicos que apelan a la empatía y a destacar los valores más nobles de la humanidad.

Bernard Herrmann es recordado principalmente por su música en varios de los filmes de Alfred Hitchock. Dejó con su último trabajo, la banda sonora de Taxi driver (1975) de Martin Scorsese, piezas con “olor” y “sabor” a Jazz. En gran medida, reflejan la soledad y la introspección del protagonista.

Electrónica y New Age: la música para concentrarse por antonomasia

Si se busca en YouTube el término música para concentrarse, gran parte de las opciones dentro de los resultados de búsqueda muestran trabajos electrónicos. Sonidos de la naturaleza, como el producido por el oleaje del mar o el trinar de los pájaros, suelen servir como complementos.

El nacimiento del New Age

Otro género que según la red social musical propiedad de Google también está indicado para concentrarse, es el New Age.

Nacido a principios de los años 60, mezcla una buena cantidad de estilos (algunos bastante disímiles entre sí). Entre sus objetivos está el estimular la inspiración artística, la relajación y el optimismo.

Además de música electrónica, otros géneros que participan del coctel del que se nutre la música New Age, son el rock progresivo y el folk. También intervienen la música minimalista, clásica y rock instrumental.

Este nuevo género basa su estructura sonora tanto en instrumentos electrónicos como acústicos. De estos últimos son comúnmente utilizados flautas, guitarras y piano.

En tiempos recientes, el género –que en un principio era casi exclusivamente instrumental- ha empezado cada vez más a incluir voces y coros. Uno de los cánticos con mayor presencia pertenece a otro estilo musical creado expresamente para propiciar la introspección y la concentración: la música tibetana.

Concentrarse con rock, reggaetón, reggae… ¿Es posible?

De entrada, apelar a estilos como el heavy metal o el “tramp” para buscar concentración, se antoja como un contrasentido.

Sin embargo, deportistas exitosos en diferentes disciplinas afirman encontrar los niveles óptimos para acometer sus respectivas faenas, precisamente en esta clase de música.

Como ya se mencionó al inicio de estas líneas, además de las preferencias personales, la selección de música para concentrarse también depende del contexto.

Fuentes imágenes: YouTube


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