Después de la broma del año pasado, RTVE maneja unas cifras bastante igualadas en la votación para la candidatura española al Festival de Eurovisión, que se celebra este año en Moscú. Tras el anuncio ayer de la leve ventaja de Melody (aquella niña que cantaba lo de los gorilas) sobre Soraya (ex OT), esta misma mañana la extremeña se ponía por delante de Melody y ahora la aventaja en alrededor de cuatrocientos votos.
Otro de los candidatos, quizás el que a priori sonaba más serio y más elaborado, el cantautor Tontxu, que con la canción Te amaré mejor, bien trabajada y adaptada al lenguaje de signos, se ha quedado con la quinta parte de los votos que acumula ahora la lideresa de la lista.
El festival de Eurovisión, en lo que a la participación española se refiere, ha seguido una trayectoria decadente en los últimos años, agudizada desde la iniciativa de RTVE de elegir a los candidatos a través de Operación Triunfo, y que llegó a su climax -esperemos- el año pasado cuando tuvieron que tragarse aquel montaje llamado Chiki Chiki que, todo hay que decirlo, fue brillantemente urdido y ejecutado por el equipo de Buenafuente -con la vergüenza de los practicantes del género de la música casposa que vieron cómo un grupo de cómicos hacían el trabajo de la composición industrial con más gancho-. Lejos de ser la primera crítica no pasiva hacia el papel de España en el festival europeo de la canción, hace un par de años, inspirada por el ofrecimiento de Morrisey a formar parte de la candidatura inglesa, apreció un blog que pedía el envío del asturiano Nacho Vegas a Eurovisión.
En lo que a 2009 se refiere, dentro de unos días se sabrá quién representará a España el dieciseis de mayo en Moscú, ya que accede directamente a la final -está entre los «cuatro grandes»-. Del resto de candidatos apenas se habla ya en los medios, lo que viola la filosofía que RTVE mantuvo durante un tiempo de utilizar Eurovisión como trampolín de nuevas voces para el mercado español.