Una de cal y otra de arena. Según la crítica, ayer en el Festival de San Sebastián hubo una decepción y una sorpresa. Todos coincidieron en afirma que la nueva película de Paul Auster en calidad de director, «La vida íntima de Martin Frost», no llega al nivel que se esperaba.
Presentada fuera de concurso, el filme narra la relación entre un autor y su musa inspiradora, a través de una trama laberíntica. El guión fue escrito en 1999 y según el escritor fue concebido como una «pequeña obra de cámara».
En tanto, sí fue muy comentada la llegada del astro Richard Gere el festival, que fue premiado con el Donostia a su trayectoria y carrera dedicada al cine, que le fue entregado en manos de Aitana Sánchez Gijón. Gere además actúa en «La gran estafa», del sueco Lasse Hallström, que se presenta en una sección paralela.