Hal 9000, batería de Los Piratas, muere de un disparo

Hal 9000

Hal 9000 (Javier Fernández Fernández), batería de una de las bandas de rock más exitosas de los 90, Los Piratas, fallecía ayer a causa de un disparo de un Guardia Civil que intentaba -en teoría- defenderse de un ataque de Javier, que portaba un cuchillo. Según se van leyendo noticias, parece que lo que Hal tuviese en mente en ese momento fuese acabar con su familia, ya que las palabras «violencia doméstica», «malos tratos» o «había zarandeado al bebé» son las menos fuertes que se pueden encontrar a esta hora.

Hal 9000 sufría de un trastorno de bipolaridad desde hacía 10 años; un trastorno que, junto a su familia, supieron controlar gracias a la medicación. De hecho es la propia mujer de Hal, Andrea Montes, la que culpa directamente al psiquiatra que tuvo «la brillante idea de retirarle todo el tratamiento a pesar de que la familia le pedimos en dos ocasiones que no lo hiciese, ya que, el complicado nacimiento del bebé le había afectado». Estas palabras son de Andrea Montes, la mujer de Hal 9000, publicadas en Facebook a causa de todas las falacias que se están contando en los medios de comunicación. Por eso, en vez de repetir una vez más todas esas palabras agrandadas que no dejan de dar vueltas en los diarios y que no consiguen otra que hacer daño a sus familiares, os dejo a continuación con el comunicado demoledor que Andrea Montes ha compartido en Facebook:

«Soy la mujer de Javier, Hal 9000, batería de Los Piratas. No voy a permitir que se manipule la información sobre lo ocurrido. Hal era la persona más cariñosa del mundo. Nos amaba con todo su corazón al bebé y a mi. Jamás fue un maltratador. Eramos completamente felices. Todos sus amigos y familia saben que era una persona llena de amor. Todos saben cómo se desvivía por nosotros. Hal es una víctima. Primero víctima de un trastorno bipolar que estaba perfectamente controlado desde hace 10 años hasta que su psiquiatra tuvo la brillante idea de retirarle todo el tratamiento a pesar de que la familia le pedimos en dos ocasiones que no lo hiciese, ya que, el complicado nacimiento del bebé le había afectado. Fueron momentos de mucha tensión. Incluso él fue conmigo al psiquiatra a comentarle que se encontraba nervioso. Hal no agredió a ningún agente, hubo tensión pero no agresión. Fue también víctima de una mala práctica que desencadenó este terrible final. Hal, cariño, no permitiré que manchen tu nombre. Yo sé lo que nos querías. Te quiero y siempre te querré.» 

Descansa en paz, Hal 9000.


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