Ya os he comentado varias veces que los americanos son expertos en hacer secuelas de películas de éxito mientras sigan siendo rentables, aunque su calidad dejen mucho que desear.
Uno de estos nuevos casos es la de la saga Destino Final que, después de que la cuarta parte, que fue en 3D, recaudara más de 180 millones de dólares en todo el mundo cuando sólo costó 43 millones, ha abierto las vías para que sus productores den carta blanca a una quinta parte.
Ahora, sólo queda por ver si la quinta parte será también en 3D y que más sorpresas nos ofrecerá estando atados a un guión que todo el público ya conoce.