El mundo adolescente es una de las grandes obsesiones del talentoso director estadounidense Gus Van Sant. Y renueva su compromiso con «Paranoid Park», la película presentada hoy en competición en el Festival de Cannes, donde empieza ya el juego de apuestas sobre la codiciada Palma de Oro.
Como ocurrió en «Elephant», inspirada en matanza en un colegio de Columbine y por la que obtuvo la Palma de Oro en 2003, Van Sant explora en esta nuevo filme la angustia de vivir de adolescentes que carecen de comunicación con los adultos, como si unos y otros vivieran en dos mundos paralelos que marchan juntos pero no se tocan.
La muerte está también omnipresente en esta obra. Pero en ella no hay fiebre homicida. Alex, el protagonista, un joven de 16 años aficionado al monopatín, ha matado por accidente a un guardián de seguidad cerca de un terreno de «skate» denominado Paranoid Park, un lugar de mala fama al que fue en busca de emociones.
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