Cómo escribir una canción

componer una canción

Cada artista tiene sus propios métodos, su fórmula particular a la hora de enfrentarse a su quehacer creativo. Algunos lo catalogan de rituales o parte de la rutina. Para algunos compositores, saltarse estos pasos preestablecidos es inconcebible.

También hay los que no requieren de ninguna condición especial para escribir una canción. Les llega una idea a la cabeza, la apuntan en cualquier trozo de papel (el ejemplo de la servilleta es clásico, casi un cliché) y listo. Otros, después de una reunión de amigos o de trabajo, acordaron lo que debía hacerse y en cuestión de minutos, ya tenían una maqueta armada.

Todo lo anterior es aplicable para escritores de cualquier género, estilo o formato. También para compositores musicales.

La primera vez

¿Cómo escribir una canción por primera vez? Tener la inquietud y las ganas es lo principal. De igual forma en que hay personas a quienes los procesos creativos de armar una canción –letra y música- se les da de forma natural, otros se atascan en el camino.

Para no dejarse abatir por la frustración hay que construir una metodología o una rutina creativa propia. Para ello se puede tener en cuenta algunas recomendaciones.

Tener claro lo que se quiere

Muchas veces ocurre que se tiene una idea más o menos clara de cómo se va a empezar una canción. Pero a la hora del desarrollo y la finalización, es donde pueden presentarse dificultades.

Es importante tener definido no solo el punto de inicio, también el punto de cierre. Con estos dos aspectos claros, en términos prácticos el trabajo de composición consistiría en “rellenar”.

compositor

Selecciona un instrumento musical como ayudante

Hay quienes tienen la habilidad de ejecutar de manera sobresaliente muchos instrumentos musicales. En todos los casos, cada músico tiene su preferido por encima del resto.

Lo recomendable es utilizar el favorito a la hora de trabajar los acordes de la nueva canción. El objetivo es procurar que todo fluya de la manera más natural posible.

De qué habla la canción

Una canción es una pequeña historia contada con letra y música. Como toda narración, requiere de un relato claro y bien desarrollado.

Encontrar un tema sobre el cual cantar puede resultar un trabajo difícil. Sin embargo, las ideas están siempre en el aire y siendo pragmáticos, cualquier cosa sirve para una canción.

La inspiración puede estar en todas partes. Solo hay que prestar atención.

Aprovecha cada frase suelta

Cada frase, cada estribillo, cada idea que surja en el imaginario personal debe anotarse. Estas palabras sueltas irán conformando una estructura solidificada

Contestar preguntas

Muchos artistas se hacen preguntas y, en ocasiones, las responden a través de sus obras. Este es un buen punto por dónde comenzar a construir y desarrollar una idea.

Definir el género y el estilo musical

Si hay un factor que dependerá exclusivamente de los gustos de cada persona, es éste.

En los compositores novatos se deja al descubierto las influencias musicales de mayor peso.

A nivel musical, el primero que debe regocijarse con su trabajo es el propio compositor.

El orden de los factores puede que sí altere el producto

En el momento de armar los temas, hay quien prefiere empezar con el texto y luego añadir la melodía. Otros afrontan el proceso a la inversa: primero la base musical y después se le añade la letra.

Cuando las composiciones son por encargo, suelen recibirse indicaciones precisas respecto a las características melódicas que requerirá la pieza o sobre que versará.

Si el trabajo es libre, además de los gustos propios, las circunstancias particulares de cada momento también pueden incidir.

No prescindir del pentagrama

Aquellos que tienen conocimientos de lenguaje musical, es recomendable que se valgan el pentagrama para desarrollar su trabajo.

La mayoría de las personas escriben música para sí mismos, principalmente cuando están iniciándose en el arte de componer. Pero dejar a la memoria todos los acordes y melodías no es una buena idea.

Improvisar también se vale

En ocasiones, a muchos les pasa que tienen fija una idea fija de una canción, que ya tienen clara la letra del estribillo, pero la “musa musical” no les llega.

Improvisar acordes libremente frente al piano, con la guitarra o con cualquier otro instrumento, es un ejercicio que puede resultar liberador y además productivo.

Todas estas sesiones de “free style” deben grabarse para luego ser escuchadas, analizadas y desfragmentadas con calma. De esta práctica, pueden salir cosas realmente fantásticas.

No editar sobre una idea original

Una vez se consiga un borrador sólido, bien respecto a la música, a la letra o la combinación de ambas, lo recomendable es no hacer cambios sobre el archivo original.

Deben aprovecharse las ventajas del mundo digital, para añadir, suprimir o cambiar cualquier nota. Lo ideal es ir creando nuevos documentos (nuevas versiones) e identificarlos con una numeración ascendente (o cualquier otro sistema que funcione).

Si los cambios van en la dirección correcta, no pasa nada. Pero si las modificaciones no cumplen con las expectativas, siempre es bueno volver a la génesis de la idea y recomenzar el camino.

Estructura básica de una canción

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Conocer y dominar la estructura clásica de una canción, puede simplificar en grado superlativo, la composición de un tema musical.

Una canción se puede dividir en tres partes:

Verso: concentra la trama de la historia. Brinda detalles, crea suspenso, propicia los giros inesperados. Anticipa la llegada del coro.

En términos narrativos, en los versos se colocan los puntos de inflexión que permiten a la historia seguir adelante y desarrollarse.

Coro o estribillo: esta es la parte más pegajosa de cada canción.

El coro de cada tema exitoso se queda instalado en el inconsciente de quien escucha la canción.

En el coro se repiten algunas frases o las ideas de los versos, pero generalmente, sin hacer avanzar el relato.

Puente: es una sección que tanto melódicamente, como respecto a la parte narrada, contrasta con el resto de la canción. Funciona como una especie de llamada de atención para los oyentes, como una interrupción a la monotonía.

En términos dramáticos, se ofrecen nuevos detalles respecto a la historia. En las canciones con un solo puente, puede ser el equivalente al punto central, dentro de la trama.

El puente se sitúa entre el verso y el coro. En lo que esta sección finaliza, los acordes base de la canción, entran nuevamente en acción.

Fuentes imágenes:Youtube


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