Como diría la socorrista de Antena 3, se ha liado parda. La película «Diario de una ninfómana», lejos de ser una más de la industria española, va camino de convertirse en una auténtica fuente de polémica.
Y es que, como decíamos hace unos meses, si el libro fue polémico, la película, incluso antes de estrenarse, no ha dejado indiferente a nadie. A la Comunidad de Madrid, por lo menos. Y es que el cartel que encabeza este artículo ha sufrido las iras de la administración madrileña.
Christian Molina, que es el director de esta película, ha denunciado que la EMT, es decir, la Empresa Municipal de Transportes de Madrid, -los autobuses, en concreto-, ha vetado el cartel por ser «gratuitamente provocativo y de dudosa legalidad» (SIC).
No entraremos a juzgar los criterios de la empresa que gestiona la publicidad de los autobuses de Madrid, pero sí debe ser un criterio muy distinto al que, por ejemplo, han seguido en el Metro de Madrid, donde la imagen es la misma. Igual es que al viajero del Metro se le provoca menos o que bajo el suelo de Madrid hay otra legislación que en superficie.
En fin, lo que está claro es que la polémica le viene de perlas a la peli, que por cierto, se estrena mañana.