Antes de su presentación en Agentina y en medio de su gira sudamericana, Alanis Morissette habló con el diario argentino Clarín en una extensa y muy interesante entrevista. Habló de su último álbum de estudio, Flavors of Entanglement, de la gira, de su vida personal, su relaciones con las drogas y del cuidado del medio ambiente.
A continuación, reproducimos una parte de la entrevista, con las preguntas más relevantes.
¿Qué cosas perdiste en estos años de tanta exposición?
La posibilidad de estar con mi gente. Fui educada con una gran sentido de pertenencia a una comunidad. Por lo tanto, haber estado en gira durante tanto tiempo, como aislada, ha sido un gran desafío para mí. Y ser reconocida me tornó imposible sentarme en un banco de plaza a observar lo que pasa alrededor, algo que me encanta. Pero no me arrepiento.
¿Entrás a grabar con una idea formada de cómo querés que suene el material?
No. Escribo la canción y las imágenes, con las que dejo que se genere la química entre mí y el productor. Prefiero no trabajar con ideas previas, de modo que el resultado me sorprenda aún más. Antes de hacer un CD tengo que vivir mi vida, experimentar lo que haga falta, para entonces transformarlo en canciones. Una vez allí, la música y las letras salen al mismo tiempo, de manera muy rápida.
¿Ni siquiera buceás en otras músicas o ritmos, en busca de nuevos sonidos?
Es que no trato de encontrar un sonido determinado. En todo caso, escucho a un montón de intérpretes y cantautores de los ’00 y actuales, que comparten sus propias historias en sus temas. Pero, en el momento de crear, hago un corte y me concentro en lo mío.
¿Creés que el arte aporta soluciones?
No tengo ninguna gran idea acerca de que el arte pueda cambiar algo en el mundo. La música puede ayudar a alguien en su búsqueda de una cura para lo que pasa en el planeta. Pero ni el arte, ni un concierto benéfico producirán cambios a menos que quienes se involucren con eso estén realmente comprometidos.
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