Ayer fue la segunda proyección del film «Iraquí Short Films«, una película de 90 minutos, dividida en dos partes según la temática particular que en cada mitad se trabaja. La película ha sido realizada por un realizador Argentino, llamado Mauro Andrizzi. Es un film que, como bien dijo el director al presentar su película, está terminando su recorrido en el Festival de Cine Independiente de su país, ya que ya recorrió durante el pasado año diversos festivales tanto europeos como latinos.
Y mucho se destacó a lo largo de todo el mundo, por ser el primer film realizado con imágenes documentales halladas y compiladas durante cuatro meses por Andrizzi, tomadas de sitios de Internet, y originales de manos de ambos bandos protagonistas de la guerra en Irak. Fueron los mismos soldados, tanto norteamericanos como iraquíes, quienes capturaron las imágenes que conforman éste film, habiendo sido desde luego retocadas por el realizador, a fin de darle un sentido y un claro punto de vista propio a las secuencias logradas, agregando música que ubica y contextualiza de un modo más que virtuoso cada una de las imagenes que a lo largo del film se observan.
Una crueldad atroz es lo que se puede ver a lo largo de la hora y media en que el film dura, siendo no escenas recreadas de lo que una guerra podría o puede ser. Sino que son imagenes captadas por sus propios protagonistas, mostrándonos fragmentos en donde las explosiones inesperadas, las muertes violentas, y dos muy antagónicos modos de ver la guerra, nos conducen por un recorrido histórico de lo que, aún hoy, puede vivirse en medio Oriente, aunque en menor escala.
Andrizzi habló sobre el film, y planteó su trabajo como una propia necesidad de pronunciarse frente a las injusticias que observaba en la bélica situación que hasta hace poco tiempo se producía en Irak. Y destacó también las grandes diferencias que entre las imágenes norteamericanas y las iraquíes pudo encontrar. Y es que en las de los segundos, hay un manejo del suspenso increíble, siendo que los soldados se mantienen ocultos y a la espera, ya que muy bien calculados tienen sus ataques y sus defenzas. Se manejan con una paciencia, y con un amor muy profundo a Alá (constantemente repiten «Alá es grande«). En su radicalismo, que el realizador dijo no compartir, los soldados iraquíes dan su vida por la protección de su tierra y de sus derechos, y eso es lo que más motivó a Andrizzi desde ese lugar. En cambio, los soldados norteamericanos muestran, en sus imagenes, una constante improvisación en sus modos de ataque, más que los defensivos. Nunca saben de dónde van a llegarle una bomba, una bala, un ataque sorpresa de cualquier índole. A la vez que son mas burlezcos en sus realizaciones. Y es que en la primera parte del film puede verse un «video clip» realizado por soldados Estadounidenses en uno de sus asentamientos, donde uno de ellos va al trote recorriendo los distintos espacios del sitio, conducido por una cámara, y una música interpretada de fondo. Y lo peculiar, más allá de ésto, es su relación con la realidad y con la religión. Ya que antagónicamente a lo que los soldados iraquíes pronuncian constantemente, y agradecen, los soldados norteamericanos ruegan a Dios que por favor los saque con vida de aquel país, de aquella guerra. Sus quejidos constantemente presentes son más como un pedido de auxilio, como si se sintieran protagonistas de una verdadera película de terror Hollywoodense.
Pero lo que más quiso destacar el realizador a la hora de hablar de su film fue el hecho de que, aunque no se haga muy presente en imágenes, lo que más significa en la película es el fuera de campo, constántemente presente en la conciencia del espectador, de que hay una sociedad, hay un pueblo, hay inocentes en torno a esa sanguinárea guerra que se desarrolla sin tregua, sin paz. Y es por esto que al comienzo de cada parte, presenta en letras blancas sobre un fondo negro una explicación sobre los hechos, sobre los materiales, y sobre los inocentes que no son más que víctimas en una guerra que parece, constántemente, realizada sin fundamento alguno.
Realmente, un trabajo que, pese al tedio que pueda ocasionar la lentitud de algunas imagenes, vale la pena ver. Y es que probablemente sea éste film el que de apertura a una línea de nuevos géneros, que se valgan de lo que las nuevas tecnologías proporcionan.