Había leído tantas críticas negativas sobre la película Gamer que, después de verla, hasta me ha gustado y todo. Aunque, eso sí, el final no hay por donde cogerlo.
Los directores de esta película, Mark Neveldine y Brian Taylor, nos sitúan en un futuro, no muy lejano, donde la población cada vez está más encerrada en sí misma debido al auge de juegos donde se pueden controlar a otros seres humanos de verdad, como el juego Society, llevando la idea de Los Sims al máximo nivel pues puedes controlar a un humano de verdad.
Además, el creador de este juego, un visionario informático, también, ha creado otro juego donde se pueden controlar a seres humanos en un juego tipo Shooter, llamado Slayers. Los humanos-cobayas participantes en este juego son criminales que están esperando su ejecución, siendo obligados a jugar con la excusa de que si siguen vivos cierto número de partidas, se ganarán la libertad. Este juego tiene unos altísimos niveles de audiencia y es visto por casi toda la población.
La primera parte de la película Gamer es lo mejor de la misma con la presentación del futuro, los distintos juegos y actor principal, un Gerard Butler, que busca desesperadamente sobrevivir para reencontrarse con su mujer e hija.
Sin embargo, una vez que el protagonista escapa del juego y se reencuentra con un grupo de freaks que quieren liberar al mundo de la pesadilla creada por el todopoderoso empresario, interpretado Michael C. Hall, la película va perdiendo calidad hasta la lucha final entre héroe y villano más lamentable que uno recuerda a ver visto en cines.
La película Gamer se la recomiendo, sobre todo, a los más jóvenes que han disfrutado de juegos como Los Sims y Call of Duty. A ellos, la primera parte de la película también les encantará.
Nota Actualidad Cine: 5