Bruno, la tercera película del cómico inglés Sacha Baron Cohen, tras Ali G y Borat, no está teniendo el éxito esperado ni en USA ni el resto del mundo.
Estoy casi seguro que en su segunda seman en los cines perderá más de 50% de recaudación porquela película es muy floja y tiene poca gracia. Aunque tampoco podemos hablar de fracaso porque la película no habrá costado mucho hacerla, exceptuando, los 40 millones de dólares que se rumorea que ha cobrado el actor por hacer esta nueva película con uno de sus personajes (Bruno).
Bruno nos acerca a éste personaje, un periodista de moda austríaco y gay que se va a Hollywood con la pretensión de convertirse en una estrella, que de forma casi documental nos enseña sus locos intentos de convertirse en famoso: hacer un programa de entrevistas de moda (donde incluso enseña el pene), entrar en el ejército, irse con unos cazadores al bosque de caza al estilo Brouke Mountain, etc.
La única escena que me ha provocado una sonrisa son las de sexo, al principio de la película, que tiene con su novio medio enano aunque no sé cómo no las han censurado en USA con los puritanos que son respecto al sexo.
Por si no queda claro, el humor que se destila en Bruno no es de mi interés y creo que tampoco irá con el del gran público.