Después de ir a ver al cine la película «Robin Hood» – de la cual ya os dejaré mi crítica- os dejo 5 razones para que nos gastéis el dinero en ir a ver la última versión de esta leyenda dirigida por Ridley Scott.
1ª. Por una historia de amor que no se la cree nadie, más típica de una comedia romántica pastel que de una película de aventuras y acción.
2ª. Porque las escenas de batallas épicas, que debería ser lo mejor de film, dejan mucho que desear, sobre todo, la batalla final a orillas de la playa que, para ser una producción de 200 millones de dólares, podrían haber contratado a más extras porque parece una guerra ridícula al haber sólo unos cientos de soldados luchando entre sí.
3ª. Porque le han querido dar una mayor seriedad al personaje de Robin Hood y lo que han conseguido ha sido marear más al espectador.
4ª. Porque resulta del todo inverosímil que un soldado llegado de la guerra se convierta de pronto en el líder del ejército del país y lidere las tropas contra el enemigo.
5ª. Porque no se salva de la quema ni Russel Crowe que se pasa toda la película con el ceño fruncido sin lograr hacerse con un personaje tan vivo como éste.