Como ya recogíamos ayer en la primera entrega de «Así funcionan los Óscar«, hoy pasamos a detallar cómo es la llegada de las estrellas, el público que se agolpa en el exterior, dónde se sitúan los medios de comunicación y más detalles interesantes.
Para aquellos afortunados que entraron en el sorteo realizado por la cadena emisora de los Óscar –ABC– en septiembre y les tocó una entrada doble en la alfombra roja, tienen su sitio en la parte derecha de Hollywood Boulevard. Cada año, ante la masiva llegada de peticiones, ABC intenta aumentar el número de asientos disponibles para todos aquellos interesados en ver las estrellas desde cerca.
Los que tienen menos suerte se tienen que agolpar tras el cruce de la calle Hollywood Boulevard con Highland Avenue y detrás de unas vallas. Con un poco de suerte, muchas horas de espera y de pie conseguirán ver a alguna que otra estrella, ya que justo delante de esas vallas es donde paran las limusinas (que tienen 3 carriles donde aparcar). Una vez llegan las estrellas, un grupo de ayudantes les indican algunas instrucciones antes de entrar en la alfombra.
Por otro lado (y no en limusina) llegan las caras menos conocidas del cine (casi todos aquellos que trabajan detrás de las cámaras).
Una vez en la alfombra roja, las estrellas primero saludan al público y pasan a ser entrevistadas en la mayoría de los casos por ABC, para luego ser reclamados por otros periodistas acreditados y que vienen desde todos los rincones del planeta. Los fotógrafos y cámaras cuentan incluso con una pasarela elevada al lado de la entrada del Kodak Theater donde pueden captar desde una perspectiva mejor a las estrellas.
Pero no toda la prensa está acreditada para el interior de la alfombra roja. A veces sólo consiguen un pase para los mismos lugares donde se algopan los fans detrás de las vallas.
Por último hay que destacar las grandes medidas de seguridad que rodean a tal evento: decenas de policías con cámaras, perros y hasta francotiradores protegen a las estrellas.