En anteriores artículos ya he mencionado el nuevo proyecto de Garcíadiego, la mujer de Ripstein, y guionista (impecable) de todos sus anteriores films. Siendo éste último, un guión que no encuentra presupuesto, precisando, en relación a otros de menor embergadura y no tan alto vuelo poético, muy poco dinero.
Ahora, y a propósito de ésta noticia, quisiera comentar el film que anoche vi, dirigido por Arturo Ripstein, basado en la novela de José Donoso, y de la simpleza y el hondo calado emocional que caracteriza toda su filmografía. La película en cuestión es «El Lugar sin Límites«. Y cuenta la historia del Pancho y la Manuela. La película es del año 1977, y tiene como protagonistas a Manuela, un homosexual travestido, cuyo mejor oficio es el de bailar flamenco. Él vive junto a su hija (una larga, larga historia), a quien llaman la Japonesa, en una «casa de señoritas». Junto a éstos dos personajes, viven las distintas mujeres que se ofrecen por unos pesos a los visitantes del pueblo. Manuela tiene una historia pasada de engaños, de penas, de dolores y alegrías, así como también de extrañas oportunidades brindadas por el destino. Y no es ella la única con historia. En el pueblo, el Alcalde planea comprar todas las propiedades posibles, a fin de poder vaciar al pueblo de habitantes, y así sacarse de encima el peso del tiempo. Pero su antiguo protegido, Pancho, quien lo traicionó en una ciega, aunque ilusa confianza, vuelve al pueblo, como varias anteriores veces, para revolucionar la moral, y concluir con sus pendientes promesas.
Un final que desgarra, aunque satisface en la calma que desde un comienzo se plantea indispensable. Sólo al final es que los personajes logran descansar. Y uno, como espectador, también.
Ya he mencionado a éste increíble director mexicano, junto a su impecable mujer-guionista, al referirme al mejor de sus films, «Profundo Carmesí«. Pues éste, siendo uno de los primeros del director dentro de su amplia carrera, tiene los elementos justos de un inicio que se plantea inmenso en el más próximo de los futuros. Recomendable, altamente recomendable, para el espíritu, la razón, el dolor, y el propio deleite del alma.